Con el inicio de la Semana Santa, arranca oficialmente la temporada turística en Cataluña. Este año llega para el sector hotelero la prohibición de llenar las piscinas en más de 200 municipios. Por el momento, y a la espera de que pueda haber un cambio en la situación hídrica o regulatoria, los hoteles de la región continúan sin respuestas claras por parte del Govern sobre posibles alternativas para poder llenar sus piscinas este verano, según indican fuentes del sector.
En este sentido, en los últimos meses se ha debatido sobre la posibilidad de utilizar agua de mar sin tratar para llenar las piscinas, pero el Plan Especial de sequía solo autoriza el llenado de piscinas con agua de mar que se llenan y se vacían sin conexión a las redes de abastecimiento y saneamiento públicas. Es por ello que «solo las piscinas diseñadas y equipadas para funcionar con agua de mar pueden ser llenadas con este tipo de agua», según señala David Tapias, director de Innovación de Fluidra.
Como alternativa, a principios del mes de marzo, el Parlament aceptó la posibilidad de llenar las piscinas de los hoteles de la costa con desalinizadoras, pero aún siguen a la espera de que la Agencia Catalana del Agua (ACA) dé más detalles sobre las condiciones en que podrán hacerlo. Lo único que se sabe por el momento, según explicaron desde el organismo en recientes declaraciones, es que, en todos los casos, para utilizar desalinizadoras será necesario que las empresas o Ayuntamientos presenten proyectos y analizar si es viable.
La situación ha despertado inquietud en el sector hotelero dado que las piscinas son un atractivo importante para los visitantes de la región durante las vacaciones y ya han advertido de que, ante la incertidumbre que se avecina, es probable que el cliente elija otro destino donde puedan tener el uso garantizado de la piscina para disfrutar de sus vacaciones. Por su parte, la Federación Catalana de Càmpings ha manifestado también su inquietud y ha solicitado que las piscinas de sus complejos sean consideradas instalaciones de interés económico, permitiendo así su funcionamiento durante la temporada turística, a pesar de la situación de sequía. Asimismo, han pedido que aquellos que presenten un plan de ahorro de agua puedan recibir alivio de las restricciones impuestas por la Generalitat.
En este sentido, la Asociación Española de Profesionales del Sector de la Piscina (ASOFAP) ha señalado que, en el caso de los hoteles, el consumo de agua de la piscina es de entre el 1% y el 2% del consumo total de agua por lo que limitar el funcionamiento de las piscinas no tiene ningún impacto relevante en el ahorro pero sí puede tener un impacto negativo en términos de ingresos turísticos y desarrollo local ya que las restricciones en el acceso a las piscinas podrían influir en la decisión de viaje de los turistas. Es por ello que desde la patronal piden que se permita el funcionamiento normal de las piscinas y que cada establecimiento decida como gestiona la distribución interna de los consumos, para cumplir con los límites de consumo global de agua de la instalación.
En medio de esta situación, las autoridades catalanas se enfrentan al desafío de equilibrar la gestión del agua con la promoción del turismo, especialmente después de que en 2023 Cataluña experimentara una sequía severa que ya afectó negativamente a la economía regional. Según datos del INE, el turismo en Cataluña generó más de 11.500 millones de euros en ingresos en 2023, lo que representó una disminución del 6,4% en comparación con 2019, debido en parte a las restricciones por sequía implementadas por el Gobierno catalán. Con medidas más estrictas en el horizonte para 2024, la incertidumbre persiste sobre el impacto que tendrá en el sector turístico catalán y en la economía de la región en general.